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jueves, 17 de febrero de 2011

CONFIRMADO CHUCHO VALDES EN LIMA EL 11 DE JUNIO 2011


Por : Adolfo Flores

El próximo 11 de Junio del 2011, posiblemente en al auditorio Maria Angola, se presentará Chucho Valdes y The Afro Cuban Messengers, con los “más talentosos jóvenes músicos cubanos”. Se trata de una banda que, según él, “romperá esquemas musicales”. Estos muchachos habaneros lo acompañan en su nuevo disco, Chucho’s Steps, placa hecha por “unos mensajeros” con arreglos complejos de total y absoluto afrocuban jazz, que plantearán la “herejía” de “introducir un cambio”.Esta placa es la ganadora del Grammy 2011 otorgano no hace mas de una semana en EEUU.

Enredado en las cuerdas de su instrumento desde los tres años, Chucho Valdés –poseedor de 8 premios Grammy– ya reproducía de oído las melodías que se emitían en la radio. A los cinco tomaba clases de piano y teoría. Y a los 14 egresó del Conservatorio Municipal de Música de La Habana. Un año después formó su primer trío de jazz, y tiempo más tarde debutó en la orquesta Sabor de Cuba, dirigida por su padre, Bebo, uno de los mejores directores orquestales de la isla.
Chucho, con el buen karma dado por los grandes, como Benny Moré, quien alguna vez vaticinó que sería mejor que papá, no ha dejado de producir: ahora trae a este nuevo grupo, con el que “sólo retomamos los conceptos afrocubanos de otra forma más contemporánea, incluso más que con Irakere. Es un trabajo evolutivo sobre la polirritmia afrocubana. Trabajo con músicos de la generación más reciente; los más talentosos e innovadores en estos momentos”.

Esos talentos a los que se refiere Valdés son: Mayra Caridad Valdés, en las vocales; Lázaro Rivero Alarcón, en el bajo; Juan Carlos Rojas, en la batería; Yaroldy Abreu Robles, en las percusiones; Dreiser Durruthy Bambolé, en los tambores batá y las vocales yorubas; Carlos Miyares Hernández, en el sax tenor, y Reinaldo Melián Álvarez, en la trompeta.


Los describe: “Abreu es el más brillante de los congueros cubanos; estudió percusión sinfónica, tiene formación de academia y escribe cualquier cosa. Se especializó en los toques de las congas y posee una base teórica fuerte.

Dreiser, de 25 años, es quien más sabe de la cultura folclórica de los batá; se graduó en el Instituto Superior de Arte y Danza Clásica, pero conoce la danza africana ritual perfectamente. Une ambos elementos y la lengua yoruba se la sabe de cabo a rabo. Está considerado el sucesor de Lázaro Roque, el más grande que hemos tenido en el género. El baterista, Juan Carlos Rojas, es de Santa Clara y le dicen El peje.

Cuando toca es como pez en el agua. Lázaro Rivero es un bajista increíble que lleva tiempos perfectos. Los metales son, en el sax, Carlos Miyares; no hay alguien que toque mejor. El trompetista es Reinaldo Melián, una especie de Miles Davis”.



miércoles, 2 de febrero de 2011

Juan Formell: “Ser un Van Van es…”



Entrevista de Amaury Perez a Juan Formell



Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran. Ahora aquí, en 5ta y 32, en el barrio de Miramar, en los maravillosos estudios Abdala.
Hoy nos acompaña, voy a presentarlo con pocas palabras, porque decir música cubana, es decir, mi amigo querido, Juan Formell.
Formell. Encantado.
Amaury. ¡Qué alegría tan grande que al fin hayas podido venir!
Formell. ¡Me tenías preocupado! Yo dije: Yo no estoy en el grupo selecto.
Amaury. ¿Cómo tú no vas a estar en el grupo, muchacho? Si tú, tú eres…
Formell. Es una broma, es una broma, pero de verdad, bueno, yo te admiro mucho a ti, así que.
Amaury. Nosotros nos queremos mucho y en algunas… porque muchas veces la gente en los foros de Cubadebate y eso dice: Amaury solo lleva a sus amigos y yo digo: Bueno pero es bonito tener amigos ¿no? y tener amigos célebres como tú.
En el caso tuyo, Juanito, para empezar la conversación esta, se da un caso bastante particular dentro de la historia de la música cubana.
Te admira el público. El público no solo te admira sino que te quiere. Te adoran los bailadores, te respetan los críticos, te adoran tus colegas. ¿Siempre fue así? Sería la pregunta.
Formell. Yo, mi única aspiración…yo soy músico de vocación, mi padre era músico y a mí me fascinaba ver a mi papá sentado en el piano escribiendo música. Era un copista excelente, copiaba la música que parecía letra de imprenta.
En mi casa se hacía música por mi padre, todo el tiempo. A veces ensayaba con algunos músicos en la casa. Fue muy amigo de Lecuona, de gente así, tan importante, de Bebo Valdés. Y entonces, bueno, a mí ya te digo, la música me viene, pero yo lo que aspiraba era a tocar el bajo. Me encanta ese instrumento, porque yo creo que el bajo es como la columna vertebral de una agrupación musical.
Bueno, empecé a chapotear ahí con una guitarra un poco… Mi padre no quería que fuera músico porque había pasado mucho trabajo, y así, andando las cosas, bueno, yo llegué a terminar el Bachillerato, por ahí, me quedé por ahí. Y estudié un poco de inglés, me gradué de profesor de inglés, y hacía traducciones. Pero en definitiva el instrumento me mataba. Estudié con el maestro Orestes Urfé y con gente muy importante de aquella época.
Amaury. La eminencia.
Formell. Sí, entonces, bueno, nada, yo quería nada más ser bajista. La vida me fue llevando a otra cosa.
Amaury. Sí, lo que pasa, es que uno se pone a pensar y yo no conozco a nadie, incluso, a gente que no sabe bailar, yo le digo: Juan Formell y los Van Van y todo el mundo dice: a sus pies.
Formell. Sí.
Amaury. Ocurre una cosa rara. Nunca leí una mala crítica.
Formell. Ni yo.
Amaury. A lo largo de la historia. Con respecto a la orquesta, con respecto a una canción tuya, con respecto a tu trabajo y la gente del gremio, los músicos, todo el mundo dice: Juan Formell, Premio Nacional de la Música.
Formell. Sí.
Amaury. Quiere decir que a veces cuando se dicen esos Premios Nacionales de la Música, uno piensa que se lo van a dar a músicos llamados culto y no piensa en músicos populares. Y es que tu caso es bastante raro, todo el mundo, todos te quieren, todos te admiran.
Formell. Mira, no hace mucho me invitaron al Palacio de la Rumba. Una cosa que está ahí, frente al parque Trillo, en el antiguo cine Strand y de momento, mi mujer actual, me dice: Oye, ¿pero qué tú tienes que ver con la rumba?
Oye De La Habana a Matanzas, oye tal número, oye tal, o sea, un poco que yo me fui metiendo. Yo tengo, bueno, nací en el barrio de Cayo Hueso, pero además, me tocó vivir la época esa de Elvis Presley, de él y el rock, La Aragón, Arsenio (Rodríguez).
Amaury. La mezcla.
Formell. Después los Beatles, o sea, una mezcla de cosas. Me gusta mucho la música brasilera, oía mucha música brasilera, y así es, todo eso te va conformando y vas tirándole a todas las bolas, porque eso se llama así, digo, yo quiero. Mira, ayer descubrí, ni me acordaba, de ese disco mismo De La Habana a Matanzas, hay un danzón que se llama Aguardiente. Y digo: Voy a hacer un danzón, ¿por qué no? Claro, ya uno va a especializarse en realidad en lo que yo empecé a trabajar mucho, que fue el songo, la timba, toda esa historia. O sea, crear una nueva música bailable cubana, independientemente de que el son es el son y es el común denominador, pero en sí es una nueva música bailable, no es la misma.
Amaury. Los Van Van suenan diferente.
Formell. Suena diferente, es otra cosa.
Amaury. Sobre todo el tándem ese, bajo, paila, tumba.
Formell. Sí, sí, es la base, es la base.
Amaury. Es la base, además, es bien impresionante, digo, se lo digo a los que no van a los bailes, porque hay gente que no van a los bailes. Yo he estado en algunos bailes y cuando eso arranca, uno siente, porque además, yo bailo bien mal…
Formell. Sí, yo también (risas)…
Amaury. Oye, Juanito, ahora tú hablaste de tu fascinación por el instrumento, por el bajo, pero eso tiene que haber salido, aparte de tu padre, de tus andanzas en el barrio ¿Cómo era tu vida de niño? Porque eso es una vida de la que no se sabe mucho.
Formell. Mira, ya te digo. Yo nací en el barrio de Cayo Hueso, que es uno de los barrios más importantes que tiene una ciudad.
Amaury. De los más importantes.
Formell. De la capital. Eso estaba muy cerca de la Universidad. Yo vi todas aquellas manifestaciones que hacían los estudiantes cuando bajaban la Escalinata. Yo era un niño, ¿no?, pero tengo memoria de eso, de esa época.
Yo nací en el callejón de Hamel y ahí mismo estaba el callejón de Espada. Ahí se reunían Ángel Díaz, César Portillo, o sea, había un ambiente musical, pero, como yo era muy niño, en realidad tendría unos 10 años, por ahí, todavía no participaba, pero sí me influenciaba ese ambiente. Además un barrio riquísimo, para patinar, para no sé qué cosa, o sea, yo pasé una niñez muy bonita, muy bonita. Jugando pelota. En fin, esa fue mi niñez allí.
Después mi padre compró una casita allá en La Lisa, que ya ahí sí empecé a estudiar música un poquito más en serio.
Amaury. ¿Y cómo era la disciplina?
Formell. Uhhh, mi padre era de meter galleta, muchacho (risas) y además, muy autosuficiente. Mi padre tenía muchos conocimientos, era una gente con una cantidad de conocimientos…, entonces yo me ponía a solfear una lección y cuando no entonaba, ya yo empezaba a llorar porque sabía que lo que me venía para arriba era de madre.
Yo decía: Es muy difícil esto, ya tiene tres sostenido la armadura de clave y me decía: tres sostenidos, vamos a solfearlo en todas las claves, vamos a solfearlo en todos los tonos y yo, ¡papá!, y eso terminaba a golpes. Pero le agradezco muchísimo, en realidad.
Amaury. Es que la letra con golpe entra…. (risas)
Formell. No, porque es ese rigor de estudio que en la actualidad no lo hay -que parece muy duro, demasiado duro diríamos, ¿no?, de darle un cocotazo a un muchacho- pero me entraban las notas así, a cocotazo y a disciplina, levantarme a las seis de la mañana a estudiar el bajo y en fin, eso tiene que ser así. La música es de mucha práctica, de mucha dedicación, desde que empiezas, no es después, ni nada de eso, bueno, después hay que continuar, por supuesto, ampliando tus conocimientos, pero la cosa práctica…oye, ¿tú te imaginas esos muchachos que están, 4 ó 6 horas estudiando el piano? Eso es, si te pones a analizar eso es aburrido…
Amaury. Y los otros muchachos jugando en el parque.
Formell. Y los muchachos jugando en el parque. Eso es aburrido en realidad y es una dedicación, y cuando te metes en ese mundo, ya eres un niño que empiezas a dejar de jugar como habitualmente juegan los demás niños.
Amaury. Sí, no es como dice la gente con una lata y un palo. No es tan fácil. (risas)
Formell. No es así, no es así.
Amaury. Para llegar a ser Tata Güines, tampoco es con una lata y un palo.
Ahora, la primera vez que yo recuerdo haberte visto, incluso puedo recordar, yo tengo memoria fotográfica y puedo recordar que tenías un pulóver de rayas rojas. ¡Mira tú las cosas que yo recuerdo!
Formell. Yo me acuerdo que fue en Prado, que nos vimos una vez que conversamos.
Amaury. Esa fue la primera vez que tú y yo conversamos, sí, ya sí. Pero la primera vez que te vi fue en el Amadeo Roldán, estaba Elena Burke estrenando Lo material y tú estabas creo que acompañándola.
Formell. Sí, algo de eso, sí.
Amaury. Eso fue. Ahora, tú nunca abandonaste esas canciones, tus boleros, las canciones que toda tu vida la has hecho., pero ¿cuándo es que tú ya te metes en el mundo de la música popular, con Revé o antes tú habías estado en otro lado?
Formell. No, no. Hay un músico muy importante cubano que no vive en Cuba en la actualidad.
Amaury. Sí, pero existe, ¿cómo se llama?
Formell. Sí, sí, Juanito Márquez.
Amaury. ¡Ah!, Juanito Márquez, no, espérate, ese es un genio.
Formell. Yo era el bajista de la orquesta del (Hotel) Habana Libre y los arreglos eran de Juanito Márquez.
Amaury. Debe haber sido difícil.
Formell. Ya yo, inclusive, consultaba con él, pero me entró aquel bichito de hacer arreglos musicales y una composición, y bueno, pues nada, yo con Juanito ahí empecé a aprender. Manejaba muy bien Juanito Márquez la orquesta. Él le había hecho arreglos a la Riverside, a los Hermanos Avilés. La música bailable la manejaba muy bien.
Cuando yo salgo de ahí, entro en la orquesta Revé, que no era mi mundo. Yo había tocado con orquestas jazz band y había tocado jazz inclusive, ese estilo de música y bueno, de momento me vi en la orquesta Revé y dije: ¿bueno y aquí qué hago? Y en lugar de yo adaptarme a aquel formato, que era la charanga -a mí me gustaba La Aragón, por supuesto, porque La Aragón era una cosa fuera de serie, pero la orquesta Revé aquella no, aquella era una orquesta de segunda, no era una orquesta de puntería todavía-, bueno, pues ahí empecé a hacer los arreglos yo, y las composiciones mías, y esto hizo así, bum, levantó la orquesta y dije: ¡espérate, yo tengo en la bola para esto! (risas) Sí, porque uno descubre eso de decir, bueno ¿para que tú tienes en la bola? Bueno, yo tocaba muy bien el bajo, pero más que eso, la composición y los arreglos, eso es lo que decidió en mi vida en convertirme en una personalidad de esta música bailable.
Empecé a experimentar, a experimentar… salí de la Orquesta Revé, cree los Van Van. A partir de ahí, ya tú sabes, empecé todo.
Amaury. Sí, pero ahí me voy a quedar, en cómo formamos los Van Van. Porque yo me imagino, que el nombre Van Van, por supuesto, tenga que ver con la zafra de los 10 millones. Me imagino yo.
Formell. Tiene que ver y no tiene que ver.
Amaury. Ahí está, ¿por qué no tiene que ver?
Formell. Porque en realidad no se hizo en favor de la zafra. La zafra estaba en su pleno apogeo. Había una cantidad de slogan desde por la mañana hasta por la noche, en la televisión, en la radio, o sea, el nombre se usaba mucho…
Amaury. Sí, ¡de que van, van!
Formell. ¡De que van, van! ¡Oye, eso va y de que va, van van! Y a la hora ya de ponerle un nombre, empezaron los mismos músicos: Oye, los no sé qué, de no sé qué cosa. Yo les dije: coño, eso es muy largo, caballeros, tiene que ser un nombre más efectivo que sea pam, pam, una cosa así y bueno ¿por qué no Van Van? Así, exactamente, como una cosa tonta, pero no fue como se dice. Oye, ni fue por encargo como se ha estado manipulando por ahí: ¡Oye, Fidel mandó a hacer la orquesta!
Amaury. No, no.
Formell. No, no, nada de eso pasó, eso es mentira.
Amaury. Fidel quería que fueran los 10 millones, no que se hiciera una orquesta.
Formell. Una orquesta, ni nada de eso, surgió así espontáneamente y punto.
Amaury. ¿En qué movimiento tú te colocarías al principio, más cerca del jazz, más cerca del filing, más cerca de la rumba, más cerca del son?
Formell. Tenía mucha influencia, Amaury, de los Beatles, y de lo que yo traía, de ya te digo del mundo ese de la música rock. Elvis Presley me influenció mucho, pero había otros, Little Richard, Fast Domino, los Beverly Brother… Yo oía mucha música de ese tipo, en una emisora que se llamaba Radio Kramer que me influenció mucho. Pero claro, yo empecé a mezclar. O sea, cuando ya entro en Van Van ya yo vengo ya con una idea muy, muy marcada de lo que yo quería hacer. Era mezclar esa música, que diríamos actualmente puede ser música pop, más pop que jazz, y empecé a mezclar eso con el son cubano y esto es Van Van.
Amaury. Pero, ¿es Van Van desde el principio así?, ¿tú sentías que fue así?
Formell. Sí, desde el principio ya fue así. La orquesta Revé no. La orquesta Revé fue casual. Se me ocurrió un tema y bueno, déjame a hacerlo. Tenía muchas limitaciones la orquesta Revé también, no era totalmente los músicos que yo quería. No tenía a Changuito, por ejemplo, tenía a Pupi, pero no tenía a Changuito.
Entonces empecé yo a crear con Van Van lo que yo sí ya quería. Había tocado un resorte ahí y dije: esto va a funcionar. Y bueno, me salió bien.
Amaury. Bueno, hay un tema que se ha tratado mucho en documentales y todo eso, pero en televisión así, para tantos millones de personas que ven el programa, por suerte, no se ha tratado.
¿Cómo reaccionó, con el carácter que tenía, el queridísimo y respetadísimo maestro Revé, cuando tú le dijiste, no solo me voy sino que además me voy a llevar a Pupi?
Formell. No, eso provocó una reunión grandísima. Aquello fue una historia.
Amaury. Como se reunía uno en aquella época.
Formell. Eso fue una historia, una historia. Él se lo sintió, le dolió, pero no estaba preparado para esto que pasó con la orquesta. ¡Qué va! Porque era, ¡imagínate!, el Amadeo Roldán lleno, con Elena Burque y aquello era demasiado. Yo no aspiraba quizás al honor aquel y empezamos a tener diferencias de criterios, hasta que yo, mira; a mí me gustaba inclusive tener un buen director, así, gente que me dirigiera, yo no ser el director. Pero nos separamos de Revé y conmigo, pues se fue la gente: Pupi, el otro y el otro, oye nos vamos contigo. Hasta que por fin nos dieron la razón. Éramos un grupo de muchachos jóvenes, muy jóvenes, yo tenía veinte tantos, ¡imagínate!
Amaury. ¿Y los cambios? Yo veo los Van Van y veo los cambios y siempre, ¡fíjate qué curioso!, los cambios siempre han sido para mejor. Aunque normalmente uno se desconcierta un poco porque hay algunas figuras que son icónicas en los Van Van y tú dices: Se va Pedrito, por ejemplo, se va Pupi y tú dices: Bueno ¿qué va a hacer Juanito? O sea, y sin embargo, entra gente nueva y siguen los Van Van.
Formell. Mira, eso, Amaury, tú que eres compositor, eso lo solucionaba yo componiendo. En realidad yo no sé cómo todo me salió bien, porque de verdad, tú dices ya a diez años…
Mira, yo tengo una anécdota, a diez años de haberse creado los Van Van, que estaba conmigo José Luis Cortés, El Tosco. El Tosco se había ido para Irakere. Había como una cosa incierta y un bachecito ahí y yo hice un disco que para mi criterio es un disco muy bueno. Ese que trae De La Habana a Matanzas, que trae el danzón ese que yo te digo, Tú tranquilo… Hay una cantidad de números buenísimos ahí. Pero no pasa nada con ese disco, nada. Metí los trombones en aquel momento…
Amaury. Es el momento que entran los trombones.
Formell. En ese momento cambia lo que es el Consejo Nacional de Cultura a Ministerio de Cultura y ya con el Ministerio de Cultura, Julio García Espinosa me dijo una frase, que no me la dijo ni por malo, ni por… me dijo la verdad. Me dijo: Juanito, el problema es que hay que hacer algo para compulsar esto. Le digo: Oye, ya llevo diez años metiendo palo y una cantidad de números que yo había compuesto. Y me dijo: pero la vida es así. E hice El Buey cansa´o.
O sea, cambió totalmente todo el panorama, era otra orquesta y así…entró Israel, aquel muchacho…
Amaury. ¡Cómo no!, Israel Cantor.
Formell. Israel Cantor, que ya falleció.
Amaury. Fallecido, desgraciadamente, una voz tremenda.
Formell. No, tremenda voz. Se va Israel y entonces le empiezo a dar más protagonismo a Pedrito Calvo y así… Armandito Cuervo también se fue.
Amaury. Verdad que sí, Armandito.
Formell. Armandito Cuervo, que ya falleció también. Entonces, bueno, cuando entra Mayito, yo me acuerdo que fuimos para Azúcar, en Cancún…
Amaury. ¿Mayito venía del Moncada, no?
Formell. Venía del Moncada tocando el bajo. Lo traigo, lo pongo ahí a cantar los números del otro Mayito, el flaco.
Amaury. Sí, del flaco alto.
Formell. Del flaco alto, y entonces cuando estábamos en Cancún, en Azúcar, le hago La foto en la prensa. Le dije: Ya te coloqué ya, y ya salimos del bache. Y me dice él: ¿de qué bache, de qué tú estás hablando? Le digo: Ya salimos del bache. Porque yo sabía que íbamos a salir así otra vez. O sea, a base de composiciones, es que en realidad todo eso yo lo he ido llevando y lo he ido sorteando.
Ya te confieso que en la actualidad, me ha sido más difícil, uno se agota, no es mentira.
Amaury. Ah, pero tú estás entero, Juanito, no digas eso.
Formell. No, no, de verdad, uno se agota ya en muchos sentidos y bueno, por suerte, así mismo como Pupi lo hizo -Pupy es un gran compositor de esta música-, yo tengo a Cucurucho al lado ahora, al pianista, que es buenísimo componiendo.
Amaury. Los Van Van están tremendos.
Formell. Samuel está componiendo muy bien. Claro, yo sigo haciendo alguna cosita, hago un número, dos números, pero ellos llevan casi todo el peso, o sea, por eso es que Van Van se ha mantenido. La gente dice: oye, pero ¿hasta dónde, hasta cuándo?
Amaury. ¿Hasta cuándo? (risas)
Formell. Esto es a base de componer, de tener todo esto. Tengo buenos arreglistas. Les digo: ¡bueno, espérate, tranquilo! Estamos en talla, sí, como dice el Tosco.
Amaury. Ahora, pero fíjate, yo quiero hablar de tus sentimientos cuando no estás en el 1, cuando Van Van no ha estado en el uno, cuando ha pasado alguna orquesta y se ha ido adelante.
Formell. Eso es como pincharte. Cuando tú te siente que estás dentro del grupo de los mejores, pero no eres el 1, como dices tú, te lo sientes y te obliga a hacer así y a dar un vuelco, porque sé que todavía puedo hacerlo.
Amaury. Pero a mí me parece que el cambio más drástico -fíjate que tú me has hablado de muchos cambios-, el cambio que yo me quedé sin aire cuando me lo dijeron: se fue Changuito y entró Samuelito. Samuelito ha resultado un genio, pero yo creo que ese fue un momento duro de los Van Van.
Formell. Lo que pasa es que Samuel… a mí no me gusta hacer las cosas a la fuerza ni tampoco porque sea mi hijo, ni porque nada. Yo no soy así. Samuel tocaba con Isaac Delgado y yo decía: ¡bueno espérate, este muchacho tiene en la bola para..! Cuando lo oí tocando, dije: tiene en la bola, tiene en la bola…
Samuel ¿qué le pasa?, que vio a Changuito desde chiquitico tocando y como estudió percusión, pues él tiene muchas cosas de Chanquito. Tiene ya su propio estilo, pero tiene muchas cosas, tiene la base de Changuito, fíjate en esto, sin que Changuito se haya sentado a: te voy a dar clases. No, no es eso, es mirándolo nada más.
Ahí, yo lo llevaba a los bailes, se sentaba ahí, chiquitico, y mirando, y mirando, y mirando, y mirando, el día que se la solté en la mano…claro, pasó trabajo al principio como también tú dices, pero enseguida se fue ajustando, se fue ajustando. Se dio cuenta dónde estaba el truco. Nos sentamos a hablar y le dije: mira, es así, esto es así. Yo dirijo la orquesta con Changuito, o sea, es simplemente una mirada entre Changuito y yo. Eso le costó trabajo, porque se entretenía, estaba mirando para otro lado. Y entonces yo le decía: es conmigo.
Amaury. Mirando a las muchachas porque él es bien bonito.
Formell. Claro. Es conmigo. Entonces bueno, hasta que fue madurando en eso, como es lógico, y en la actualidad lo está haciendo muy bien. Y además, ya vivía en la orquesta, él sabe todo lo que hay que hacer, sabe todos los trucos y sabe todo ya.
Amaury. Ahora, una pregunta que yo siempre te he querido hacer. Yo recuerdo que en un momento la gente decía: La Nueva Trova era como una especie de Cosa Nostra, de pandilla. Entonces la pregunta vendría: y después los de la Nueva Trova decían: Los de la música Popular Bailable, también tienen como una… ¿No hay rivalidades ahí fuertes?
Formell. No, mira, hubo un tiempo en que la Nueva Trova planteaba que la música que hacíamos nosotros, los textos, eran muy, muy simples, o sea, no había una poesía.
Amaury. Enamorada, claro, o política.
Formell. Entonces yo, yo siempre dije: espérense, caballeros, yo, en mi criterio, tú escribes textos que inclusive, a veces son críticos, a veces son crónicas, a veces, no sé, pero tienen, tienen un por qué, lo que pasa es que es con un lenguaje más simple, más sencillo, para que el bailador ese pueda bailar aquello y disfrutarlo.
Amaury. Y también esté escuchando.
Formell. Está escuchándote a la vez. Son dos cosas, no vamos a pensar que es fácil. Es complicadito, es complicado porque lo que sí tú no puedes es hacer una letra boba, boba no, pero tampoco tan complicada. Ahí hay una cosa intermedia que después lo fueron entendiendo. Pablo lo entendió, lo entendió Silvio, los grandes, tú mismo…, los grandes de ese movimiento fueron entendiendo de que esto tenía, además, estamos hablando del texto, en la parte musical rompimos. Yo fui uno de los que rompí, pero rompió Iraquere, rompió El Tosco, hay muchos que fueron rompiendo con los esquemas de la música aquella que también era tónica y dominante, el montuno y ya y se acabó, no, no… Fuimos haciendo más complejo aquello sin hacer concesiones, no, de nada, pero ya te digo, sí había una disparidad, pero fueron cosas paralelas. Ellos iban por aquí y nosotros íbamos por allá, y así, no pasó nunca nada. Después bueno, pasó lo que hice yo con Silvio en un Festival de Varadero…
Amaury. ¡Ah, buenísimo aquello!
Formell. …que prácticamente lo puse a bailar en Canción urgente para Nicaragua, Imaginada, y ahí ya la gente vio que había, que se podía unir todo aquello, que no había ningún problema.
Amaury. Ahora, el otro día, aquí, Adalberto, que estuvo en el programa, ¿no sé si lo viste el de Adalberto o estabas de viaje? y Adalberto estuvo hablando del fenómeno de los lugares para bailar. Es decir, después de aquel boom maravilloso de los 90, cuando todas las orquestas tenían un espacio, todo el mundo trabajaba en todos lados, hubo un momento determinado que se acabaron los lugares para bailar. Hicimos el programa, hicimos la entrevista con Adalberto. Adalberto dio su punto de vista que fue bien enérgico y bien fuerte. Adalberto tú sabes muy bien que es un hombre de carácter, de criterio. Y a los meses reabrieron la Tropical. Pero ¿tú crees que con eso se alivió la cosa?
Formell. No, no lo creo porque, más que la Tropical, hay varios problemas. Está la radio. La radio es muy importante y yo no quiero llegar a criticar a nadie en específico, pero…
Amaury. Mejor no.
Formell. Pues sí, pero la radio sí juega un papel importante. Tú sabes lo que es un programa en un horario estelar, un programa cuando no es en el horario estelar…
Hay un momento justo en que tú le haces así al público: bum por la cara, que es antes que termine el programa, o no sé. Hay cosas que están pasando en la radio que no son buenas, que se han excedido en difundir determinado tipo de música y no es bueno, no es bueno. Esta música es una sola históricamente y es verdad que a nivel internacional, lo que nosotros le llamamos Timba, que le llaman Salsa por ahí, bajó, en una medida bajó.
Pero aun con todo y eso, los lugares donde se hacen bailes populares, existen. Hay un público que ya va directamente a los lugares que se paga con CUC. Entonces ese es un público habitual, que va con el extranjero, que no sé qué cosa…Ese es un público habitual, que en realidad es el que le da de comer a toda una serie de cosas, con posibilidades. Vamos a hablar la verdad. Vamos a hablar la verdad…
Amaury. Claro que sí, claro que sí.
Formell. Entonces no es lo mismo la Tropical, que la gente que va con moneda nacional, al que a que va al Capri.
Amaury. Lógicamente.
Formell. O al Salón Rojo, o a un lugar de estos pagando con divisa, o sea, no es igual. Entonces eso también tiene su cosa mala, si se quiere, porque, el que por ejemplo, va, tiene posibilidades de ir al Salón Rojo, no va a la Tropical. Ahora, sin embargo, hay un fenómeno que sí te demuestra que en realidad no hay crisis con esta música, como muchos dicen: No, porque si la salsa cayó en crisis. No hay.
Nosotros acabamos de venir de Las Tunas, y en Las Tunas metimos 40 000 personas. Metimos 200 000 en Santiago de Cuba, cuando la gira nacional, o sea, público hay, depende de cómo tú se lo ofertes, como tú se lo des en la mano.
¿Por qué? Porque Santiago de Cuba no es igual que La Habana. Santiago de Cuba, no sé, para que vayan los Van Van o para que vaya Adalberto, cuesta trabajo, por muchas razones.
Amaury. Además, está lejos.
Formell. Y además está lejos y hay que gastar. Es al contrario, se gasta en divisa, porque el ómnibus en que tú vas para allá se alquila con CUC. Es un enredo, para que tú me entiendas.
Ahora, lo de la Tropical, yo pienso que es un intento de que pudiéramos tener un lugar en la Ciudad de La Habana, que no tiene la capacidad necesaria, por supuesto…
Amaury. Es que es chiquito, la Tropical es chiquito.
Formell. Es muy chiquito. Pero sí caracterizarlo, como lo había en la época del Palacio de la Salsa, que se reventaba el Riviera, eso que hubo en el Riviera, eso fue una época preciosa. Por ahí pasaban las mejores orquestas, la Tropical se puede convertir en eso y esto, ya sería un logro, me parece a mí. Si hubiera dos, si hubiera tres, fuera mejor.
Amaury. Yo creo que debía haber más de dos y de tres, de cuatro y diez.
Formell. ¡Pueden!, lo aguanta, por supuesto.
Amaury. Lo aguanta porque hay muchas orquestas. ¿Y tú sabes por qué yo te preguntaba esto? Y tú me lo explicarás todavía más. Yo voy mucho a Santo Domingo a cantar, y tú paras en cualquier semáforo, fíjate, de Santo Domingo, y tú oyes, el chiqui, chiqui, chiqui, el merengue.
Formell. Claro.
Amaury. Donde quiera. Tú vas por el Malecón de Santo Domingo, y todo el mundo está bailando con merengue, o sea, ¿por qué no está pasando eso? ¿Por qué tú pasas por al lado de los carros y tú estás oyendo, o reguetón, o hip hop, o rap, y tú no estás oyendo nuestra música maravillosa, nuestra música bailable en los carros de las gentes? Y sin embargo, eso pasó en los 90.
Formell. Te lo dije al principio, el problema es de la difusión. Y ahí el balance está, tirado para el piso, se pone más reguetón y se pone más de otro tipo de música.
No quiere decir que yo esté en contra del reguetón, no, al contrario. Mira, la gente cuando me ha preguntado eso, yo digo: el reguetón tiene que tener sus valores, porque cuando una música se hace tan popular, es porque tiene valores. No necesariamente tiene que ser que vamos en contra del reguetón ni en contra de… No, no, un balance normal. Yo siempre puse de ejemplo a la vitrola. En la época de la vitrola…Oye, para conseguir un medio le zumbaba el mango. Un medio, era un pan con bistec… Y que un tipo cogiera un medio para, no uno, diez medios para poner a Benny Moré: Pero qué bonito y sabroso (tarareando), era porque… O si no poner one, two, tree.. (tarareando canción de rock and roll) el tipo al que le daba por oír rock, ponía lo que él quería oír. Ahora te lo imponen ¿por qué? No sé, eso me parece que es uno de los problemas graves que tenemos.
Amaury. Ahora, yo quería hablar contigo de un tema que siempre me ha llamado la atención. Porque mucha gente dice, Juan Formell ha sido un cronista social. No, yo no estoy de acuerdo, yo por lo menos. Yo creo que tú has puesto el dedo en la llaga de problemas serios nuestros, raciales, sociales…
Formell. A veces viene como si se vieran incluidas las dos cosas. Si tú, por ejemplo, un número como La Titimanía, diríamos. La titimanía, es muy gracioso, el tipo del carajo, es como una crónica: Un tipo que iba para el trabajo y entonces vio a una niña espectacular, un titi, entonces ya se desvió. Pero eso es una crítica.
Amaury. Lo sé, lo sé.
Formell. Eso es una crítica al tipo que tenía un Lada y no iba a trabajar, porque era administrador de no sé qué cosa, porque tenía esa posibilidad…Era una crónica y era una crítica y además, con humor.
Amaury. Con humor y muchas veces con un doble sentido.
Formell. Como lo usó Matamoros, como lo usó Piñeiro, como lo usó Ñico Saquito, y como lo usó el Guayabero.
Amaury. Y como salías muchas veces, porque hay cosas que yo recuerdo, cuando una vez que se inventó aquí no sé qué cosa de Pedrito y tú sacaste El negro está cocinando. Rápidamente, rápidamente tú siempre estás como muy atento, es como si la idea…
Formell. Yo estoy en la calle.
Amaury. Claro.
Formell. A mí me gusta estar en la calle.
Amaury. Como si estuvieras siempre una gran ventana abierta, para mirar.
Formell. Oye, mira, tú no te puedes imaginar. Bueno, a veces lo puedes hacer y otras veces no lo puedes hacer, porque a lo mejor la frase es demasiado dura pero yo, yo siempre pongo el ejemplo: Yo estaba fregando el carro el otro día, y de momento un fregador le dice al otro: ¡Oye, acuérdate que somos fósforos de la misma caja! Esa gente se van a morir juntos. Si tú eres fósforo de la misma caja…, pero fíjate el valor que tiene esa frase.
Amaury. No, terrible.
Formell. Somos fósforos de la misma caja. Cosas como esas, yo he venido oyéndolas hace 40 años para acá, y cada vez que tengo la oportunidad o cada vez que tenía la oportunidad, o la tengo todavía, hago una cosita que habla. De una frase, yo hago la historia, ya viene el oficio ya, tú haces la historia, el montuno, el no sé qué, pero la frase es la que te sugiere.
Amaury. ¿Qué haces primero?
Formell. Bueno mira. El montuno, hasta que tú no tengas el montuno, no tienes nada en la mano, no tienes nada. La historia puede ser preciosa, puede ser simpatiquísima y todo. Bueno, ¿y ahora qué? Cuando llegamos al montuno ¿qué digo? El montuno es lo que repite la gente, y cuidado, porque nosotros acostumbramos al público a hacerle uno, dos y hasta tres montunos. Eso es lo que provoca al bailador. Esa es la diferencia, inclusive, entre la salsa esa de Nueva York y de Puerto Rico, a la que nosotros le decimos Salsa Light, porque se convierte en una cosita romántica y cuando llega al montuno se va, ahí ya se fue del aire.
Amaury. Ya se fue. Y los discos ahí se los llevan.
Formell. Se los llevan, ya y se fue y no pasó más nada. Pero nosotros no, el montuno aquí determina que es una barbaridad.
Amaury. Oye, Juanito, yo quiero que tú me hables de tus esposas. Yo sé que es complicado hablar de las esposas de alguien. Pero tú has sido un hombre con una capacidad amatoria, realmente impresionante. Y ahora tú estás con una muchacha, te acabas de casar.
Formell. Sí.
Amaury. Con una muchacha preciosa, por cierto. Háblame de las mamás de tus hijos, de las que puedas hablar. Porque yo sé que tú eres amigo de ellas.
Formell. Mira, la mamá de Samuel, Elisa y Juan Carlos, que son los tres mayores, Nati, Nati es un personaje riquísimo, Nati baila tap dance…Es una gente con un swing todavía, es una mujer, digo todavía porque ya somos ya muy mayores, no, y…
Amaury. No sigas diciendo eso, tú lo has tratado de insinuar varias veces y yo te estoy mirando muy cerquita.
Formell. Entonces Naty mantiene ese swing, ese espíritu riquísimo, para ponerse a hablar. Bueno, Mirta, todo el mundo…
Amaury. Mirta Medina.
Formell. Mirta Medina fue una relación muy bonita, de verdad muy bonita.
Amaury. Ahí fue cuando intimamos tú y yo bastante.
Formell. Sí, sí, cómo no, ahí fue donde nos conocimos más. Y bueno, con Mirta, qué te puedo decir de Mirta, es loca desde el punto de vista de inestable en cosas, su forma, inclusive yo tenía, por cosas que yo no había hecho nunca, ponerme a dirigir a una cantante solista: Ten cuidado con esto, no hagas esto. Tengo bueno, en fin. Pero la relación fue bonita.
La que siguió, Diana, que es la mamá de Paloma, bueno, pues loca, cada cual tiene sus…
Amaury. Divina.
Formell. Cada cual tiene sus virtudes y sus defectos, pero es una mujer muy agradable para mucha gente, muy chévere y bueno, ahí, fue una relación que duró bastante tiempo.
Amaury. Sí, sí, cantidad.
Formell. Y entonces, bueno, esta muchacha, que ya en las postrimerías… Ya, sí, porque ya es la postrimería, vamos a hablar la verdad, ya en la postrimería, aparece. Yaimara, se llama ella.
Amaury. ¿Pero cómo en la postrimería, Formell? La gente pensará que tú tienes 80 años.
Formell. No chico, no, no, no, pero mira, los años se sienten y el peso se siente. Pero qué pasa con Yaimara, que Yaimara es una muchacha a la que increíblemente, bueno, le encanta Elena Burque, le encanta Amaury Pérez…
Amaury. ¡Qué bárbaro!
Formell. …le encanta los Van Van de los años 70, y por ahí me robó, me empezó a robar. Porque toca la casualidad que esa es la música que uno oye.
Amaury. Es la que yo oigo también.
Formell. Bueno, tanto que recientemente nos casamos y me dijo: La música la pongo yo. Bueno, yo no sabía ni lo que iba a poner. Y cuando entramos al salón ya lo que se estaba oyendo era Frank Sinatra. Digo: Esta loca, esta mujer está loca. Así, cosas así.
Amaury. Está loca no, tiene buen gusto.
Formell. Sí, un gusto muy especial y entonces, tenemos una relación bonita, porque me respeta mucho, la trayectoria mía, es como, me ha idealizado, me ve como una cosa así.
Amaury. Como lo que eres Juanito, como lo que eres, como lo que eres, cómo lo que eres.
Formell. Lo que sí te puedo decir es que estoy pasando unos años muy bonitos, una época muy bonita de mi vida me siento bien físicamente, que es lo más importante.
Amaury. Yo te veo nuevo. Quisiera yo estar como tú estás ahora mismo, para que tú lo sepas. (risas)
Formell. Entonces bueno, eso me tiene, vivo bien en el sentido de los afectos. Los hijos míos la quieren a ella todos, no sé, en fin, creo que estoy haciendo una vida bastante agradable. En los finales, que los finales son peligrosos.
Amaury. No, no, no, siempre viene otro montuno, siempre viene otro montuno.
Formell. Siempre viene.
Amaury. Siempre se puede sacar otro. Ahora, yo quería irme a un tema, ya cerca del final, un tema que para mí es muy importante y es que, si yo tuviera que recordar algo, y voy a ser absolutamente honesto, del gran evento de Paz sin Fronteras, si yo tuviera que recordar algo, sería la participación de Van Van en ese evento. Porque ahí se multiplicó la heroicidad de Van Van. Y yo, que tuve alguna responsabilidad en eso, como tú recuerdas, yo miraba y yo vi a gente que incluso, se estaba yendo y cuando sonaron los Van Van todo el mundo volvió.
Formell. Volvió.
Amaury. Nuevamente, y fue una actuación importante. ¿Qué significó para ti y para la orquesta cantar para un millón de personas en la Plaza de las Revolución?
Formell. Mira, Amaury, yo…en primer lugar, la gente, bueno, en eso se ha especulado mucho, de que hubo una selección previa, de que la selección la hicimos nosotros. Yo sé que Juanes, bueno, yo conocía a Juanes en un festival en las Islas Canarias y él mismo me confesó, me dijo: Oye, para mí, la primera vez que yo vi a los Van Van sentí como que habían cosas que hacer y la posibilidad de que se podía unir toda esta música y fusionarla. Ustedes son como un ejemplo, bueno, en fin, me habló maravillas.
Y a partir de ahí, bueno, pues Juanes, no nos carteábamos ni mucho menos, ni teníamos ninguna relación, pero sé que él dijo: Los Van Van y punto y los Van Van. Pero bueno, tú tienes toda la razón, empezó aquel espectáculo kilométrico.
Amaury. Kilométrico.
Formell. Que no se terminaba y la gente en condiciones, un sol terrible…
Amaury. El calor.
Formell. Pero cuando yo salí que vi aquella masa de gente tan grande, yo caí muerto, dije no puedo con esto, esto nunca me había… a nosotros nunca nos había pasado.
Yo tengo mucha experiencia o quiero decir, la orquesta tiene mucha experiencia de haber estado en cosas difíciles. Yo estuve en un festival de la Playboy, con Bill Cosby como animador, cosas así que, cosas duras…de trabajar en escenarios donde la tarima te la viran al revés a los 45 minutos y un reloj así de este tamaño, y entonces tiene que medir bien lo que vas a hacer. No, no, cosas, en fin, hemos trabajado en lugares importantísimos. Pero que va, no tenía nada que ver con nada de lo que me había pasado nunca en la vida.
Yo entendí que el papel de Van Van era como trascendental. Te lo juro de verdad que lo entendí. Van Van ya a estas alturas aquí, tiene que hacer un papel trascendental. Yo tengo que compulsar a ese millón de personas de una forma o de otra. Está la bomba. La bomba es que lo que te sale de adentro, yo no sé ni que me salió y, dije cosas, dije: Bueno, ya se hizo. Porque tanto tú como yo tuvimos entrevistas pesadísimas a veces, haciéndonos preguntas que no tenían nada que ver.
Amaury. Que no tenían nada que ver con música.
Formell. Por eso, todas esas estupideces y entonces. Bueno, se hizo, lo hicimos. Lo hicimos y salió.
Amaury. Fue la gran frase, fue la gran frase.
Formell. Y cuando me viré, vi a Olga Tañón llorando, vi a Miguel Bosé llorando y digo: Caballero, espérate, ¿qué está pasando aquí? Logramos un poco que, como que fue el detonador y ya yo digo: esto tiene que explotar ya. Y no sé, eso lo guardo yo en mi memoria para toda la vida.
Amaury. Para mí fue como el abrazo de la Patria, ¿no?
Formell. Sí, si.
Amaury. De repente en los Van Van estaba toda Cuba, ¿no?
Formell. Estaba toda Cuba. Y la gente esa, ahí se hace, se materializa aquello, esa frase que la gente dice: Te la estaba dando de Van Van. ¿Qué es lo que tú te crees, que tú eres un Van Van?
Porque ser un Van Van, es como no sé, ser el mejor cubano. No sé cómo yo pueda traducirte eso, es una cosa bien compleja, pero yo sentí que el público nos quería decir eso: Oye, somos Van Van y a morirnos aquí, no sé, nos tocó, nos tocó estar ahí.
Amaury. Bueno yo, yo te quiero despedir, primero agradecerte, porque te estoy buscando desde los primeros programas te estoy buscando, no coincidíamos, no coincidíamos…
Formell. Sí, sí.
Amaury. Y quiero terminar, no solo dándote las gracias, sino diciéndote: yo también soy un Van Van.
Formell. ¡Ah!
Amaury. Te quiero mucho, Juan.