El trovador declaró en Casa de las Américas que este nuevo fonograma es un homenaje a la Cuba de las últimas cinco décadas, porque sigue «teniendo muchas más razones para seguir creyendo en la Revolución, que para creer en sus detractores»
Por Yelanys Hernández Fusté
Como los pintores con sus lienzos, Silvio ha querido empezar cada canción «con mejor fortuna». Pero el trovador las ha iniciado siempre con esa suerte terrenal de saber dibujar con precisión exacta la cotidianidad de nuestra Isla y de su gente.
Ha querido pactar una Segunda cita discográfica, luego de esa primera que dedicó a los ángeles de la historia y al diálogo sobre eventos que han abofeteado a la humanidad, como el derribo de las Torres Gemelas o la guerra de Iraq. En este nuevo encuentro ha volcado su poesía y ha emprendido el viaje, como dice en Sea señora, a la semilla de José Martí.
«Dije que veía venir la cita con los ángeles de mi tierra», confesó este viernes en Casa de las Américas, y así nos trae una docena de letras musicalizadas en las que el autor ofrece su perspectiva de la vida, conectándose con la niñez en El gigante, con nuestra realidad en Sea señora, o con esas mujeres que estremecieron la Sierra Maestra por su valentía en aquella etapa crucial en Bendita (Yo fui una vez).
Huracán es la visión del trovador sobre los ciclones que afectaron el Caribe y a nuestra Isla en 2008. Allí, con una melodía que ilustra entre notas la fuerza del meteoro, al que el músico pide no arrebate salud, y sí que soplen los vientos del amor.
También se inspiró en su época inicial, cuando frecuentaba los espacios donde se presentaba César Portillo de la Luz. Demasiado es una vieja deuda, y declaración de admiración hacia quien lo «alumbró con secretos del oficio de trovador».
Detalles autobiográficos trae Trovador antiguo, mientras Dibujo en el agua brotó del epitafio colocado en la tumba del poeta John Keats: «Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua». y Silvio se colorea en el preciado líquido «con un creyón turquí».
San Petersburgo salió de la casualidad, esa que lo cruzó con Gabriel García Márquez en un viaje donde el autor de Cien años de soledad le dio el argumento de una «novia abandonada que llevaba a cuestas sus regalos de bodas».
Para una cantautora entrañable hay un tema especial (Carta a Violeta Parra). Confiesa Silvio en un pequeño folleto, anexo en su álbum, que fue La carta la primera canción que escuchó de la intérprete chilena.
Ante tal dedicatoria a Violeta, los periodistas le hicieron notar que su colega español, Joaquín Sabina, incluyó un tema dirigido a la cantante. «Si es de otro, es una casualidad, pero si es de Joaquín, lo dudo. Lo único que digo es que mi disco está terminado desde junio del año pasado», bromeó.
«Joaquín es mi amigo querido, y eso quizá sea una manera de hacerme una señal desde lejos, aparte de reflejar la admiración que seguramente siente por Violeta Parra», afirmó.
Sin dudas, esta docena de canciones apela a la diversidad musical, como bien dijo en las notas discográficas Víctor Casaus. Segunda cita, aseguró Silvio, es más acústico y tiene como común denominador «al trío de jazz»: bajo, piano y batería, y «a veces guitarras» que él mismo tocó.
Para lograr esa cadencia melódica que exhibe el CD, el cantautor se hace acompañar de Robertico Carcassés (piano), Feliciano Arango (contrabajo), Oliver Valdés (batería y percusión), Niurka González (flauta) y Haydée Milanés (coros), entre otros.
El compositor de Rabo de nube y Ojalá subrayó en Casa de las Américas que este nuevo fonograma es un homenaje a la Cuba de las últimas cinco décadas, porque sigue «teniendo muchas más razones para seguir creyendo en la Revolución, que para creer en sus detractores.
«En realidad cualquier disco que hubiera hecho en esta fecha, lo hubiera dedicado al aniversario 50 de la Revolución, porque el año pasado se celebraba ese aniversario», señaló.
Inmerso en la musicalización de dos películas, Silvio adelantó que es probable que este año pudiera salir un volumen más. Baraja dos propuestas: «Tengo un disco inédito con Afrocuba, con canciones viejas mías que tenía montadas con ellos». Otra de las posibilidades pudiera ser un álbum con Diákara, hecho en México y que no salió a la luz pública.
Según explicó, no planea una gira nacional para promover Segunda cita, aunque no descartó que «cuando coincidamos los músicos que participamos en el disco, pues tocaremos un poquito». Y desde la parte de sus seguidores, ya lo esperamos.
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