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sábado, 14 de junio de 2008

El sueño de Ibrahim

Mi sueño. La producción póstuma de Ibahim Ferrer. Su sueño grabar un disco de boleros. La vida no le dió la oportunidad de disfrutarlos, simplemente se nos fue. Maravilloso testimonio que contiene imagenes para comprender que "Su sueño" sigue vivo aún.

Disfruta de esta hermosa versión de Perfidia, con el piano de Roberto Fonseca, el contrabajo de Cachaíto y la guitarra de Manolo Galbán.




Si deseas ver más videos y escuchar otros temas del disco "Mi sueño" visita http://www.nonesuch.com/ibrahim/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ibrahim Ferrer importante su participacion dentro del proyecto buenavista socia club,considero qeu es un punto de inflexion dentro de la difusion musical que lamentablemente no llega aun con fuerza en Peru.Ibrahim represento un sentimiento,una manera de cantar que pocos hemos podido disfrutar,recuerdo cuando llego a Lima en sillas de rueda y bien abrigado ,escoltado por su fiel esposa,en esa orqeusta estaba lo mas pulido de los musicos cubanos y uno que ya se perfila el pianista Robertico Fonseca que durante su concierto su interpretacion fue magistral.
Don Ibrahim donde este dios esta deleitandose con su voz.

Adolfo Flores

koky dijo...

Amigos:

Este disco produce grandes de emociones, no solo por lo que significan los boleros, sino porque son cantados de una manera tan natural, tan sutil, sin impostaciones. ¿Si no cómo explicar que boleros tan conocidos (p.e. convergencias o Quiéreme Mucho) produzcan la misma emoción que se sientiera cuando fueron escuchados por primera vez?.

Creo que la idea del viejo Ibrahim era cantar los boleros que le gustaban, sin importar otro criterio subalterno. Por eso suena tan personal. Era un sueño, el de cualquier cantante: cantar las canciones que le gustan. Así de sencillo y dramático en una industria tan supeditada a los mandatos del mercado.

Este es uno de esos discos que se valoran aún más por la especial atmósfera que crean, difíciles de definir...

Ah, cómo toca Robertico Fonseca, casi no hace extrañar al ilustre Don Rúben Gonzales.

Un abrazo,

Koky Vega