Autor : Senen Suarez
Fuente: Cubarte
Felices, henchidos de júbilo y de recuerdos imperecederos llegaron a la capital del país dos jóvenes que como un bólido conocieron la fama, ¿esa? la tan ansiada, deseada y a la ves huidiza y solapada.
Pero Celina y Reutilio no tuvieron que esforzarse demasiado pues Antonio Fernández Ortiz (Ñico Saquito), les había abierto las puertas con Lauriano Suárez, dueño de la emisora radial Radio Cadena Suaritos, situada en calle 8 y 25 Vedado Habana, única emisora radial en el mundo con un solo locutor, su dueño. Esta emisora poseía una orquesta propia con más de 15 músicos todos de primera línea. tenía como director a Obdulio Morales, quien además contrataba a todo lo que se movía con éxito en el sector artístico musical del país; su radio audiencia resultaba numerosa y sus anunciantes sostenían la emisora con valores monetarios ampliamente.
Celina González Zamora había nacido en Jovellanos, provincia de Matanzas el día 26 de marzo de 1928. Hija de un matrimonio campesino sumamente pobre, y con nueve hermanos todos luchando por la supervivencia. Pero la naturaleza es impredecible y la música en esta familia nunca faltaba, siempre había uno de aquellos jóvenes rasgando las cuerdas de un tres o una guitarra que siempre habían y cantando punto guajiro o tonadas campesinas. Muy pronto la familia se muda para Santiago de Cuba cuando Celina tenía cuatro años. Así transcurren la niñez y parte de su juventud la guajirita matancera quien de forma didactica aprende a leer y a escribir.
Con edad casamentera Celina conoce a Reutilio Domínguez y se casa con él, tres meses después de haber sido contratado para la Cadena Oriental de Radio en 1947. Reutilio, era un joven que la guitarra le sonaba como una orquesta, la ejecutaba de forma increíblemente insólita, lo que más le sonaban eran las cuerdas entorchadas y los golpecitos en el cuerpo de la guitarra, no obstante su sonido era halagüeño, es así como se forma el dúo, cantando punto guajiro y tonadas campesinas. Podemos agregar que Saquito lo enseña a practicar y a cantar guajiras son en compás binarios.
Ñico saquito los escucha en una ocasión en tierra santiaguera por una de esas coincidencia de la vida y con su sagaz experiencia se da cuenta del caudal de calidad que poseen estos dos jóvenes. Los convence para que viajaran a la capital del país, terreno ya caminado por el pequeño Compay Gallo.
El avance de los jóvenes hacia La Habana es incontenible ya para el año 1950. Son contratados por el dueño y promotor radial Amado Trinidad para su flamante empresa de radio R,H, C. Cadena Azul, situada en Paseo del Prado y calle Carcel. En la misma década van de gira de negocio a Nueva York y a Santo Domingo, en ninguna de sus múltiples actividades que realizó el dúo dejaron de cantar su bandera de presentación “Que viva Changó, que viva Chango señores”..
También en el mismo período son galardonados por la Asociación Cubana de Radio y televisión como el mejor dúo del país por siete años. Otro hecho importante sobre este dueto es que son llamado para actuar en la película cubana Rincón criollo objetivo difícil en aquellos años cuando el cine cubano se encontraba en pañales.
La musa de Celina y Reutilio se agiganta como por encanto en aquellos momentos tan cruciales en sus vidas de artista, puesto que existe una máxima que en los momentos de la curva de alza de la fama, no se puede flaquear ni una milésima de esfuerzo y pujanza.
Cuando Celina y Reutilio irrumpen en los terrenos de las ciudades habaneras ya existían importantes voces femeninas y dúos cantando músicas y tonadas campesinas como: La Calandria y Clavelito, El Jilguero y Martica Morejón, Juana María Casa La Mariposa, Radiunda y Raúl Lima, Ana María Chomat, entre otros. Pero el brillo, la dulzura en la pronunciación y el sabor de la voz de Celina no tenía paralelo en nuestro ámbito musical campesino.
Las actuaciones del ya famoso dúo se repetían como milagros. Los jóvenes no daban abasto para tantas solicitudes que les llegaban del país y fuera de él, grabaron en disímiles disquera puesto que de antemano sabían que las ventas de sus discos estaban aseguradas.
Mas todo lo que brilla no es oro. Alrededor del año 1963 hubo un rompimiento en el matrimonio de Celina González Zamora y Reutilio Domínguez. Reutilio se marchó para Guantánamo (allí fallece en 1971), y Celina continuó lo que tanto luchó en su vida, el arte que llevaba y lleva en la sangre, se puede asegurar que la fama no le mermó ni un tantito así.
Una de las actuaciones de la pequeña intérprete la realizó como solista en el Festival Internacional de Varadero donde desarrolló toda su valía como cantante, en esta actividad alternó con lo que más vales y brilla de la música internacional. Sus viaje internacionales aumentaron, junto a su hijo Lázaro Domínguez compositor guitarrista e intérprete, viajaron a Inglaterra, Suecia, Venezuela y en Colombia cerraron con broche de oro. Su popularidad adquirió límites insospechados. El grupo acompañante fue “Campo alegre” y a su vez el que más tiempo permaneció junto al duo; la agrupación estaba dirigido por el laudista más extraordinario que yo haya conocido: Raúl Lima.
DOCUMENTAL CELINA GONZALES .PRODUCIDO POR ASOC. CULTURAL BENNY MORE
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